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El taller de Leonora Carrington

La naturaleza radical del movimiento surrealista fue el medio ideal por el que Leonora pudo manifestar su postura ante la vida: su lucha por la reivindicación del género femenino, su oposición frente a las estructuras tradicionales o su preocupación por la relación del ser humano con la naturaleza. En el lenguaje surrealista la artista encontró un espacio para abordar estos temas que le preocuparon a lo largo de su existencia.

Cuando Leonora asistió en 1932 a la Academia de Miss Penrose en Florencia, descubrió un mundo que marcaría su vida. Su posterior estancia en París y su ingreso a la Academia que Amadée Ozenfant funda en Londres, la acercan al mundo surrealista y despiertan su interés por la alquimia. Su involucramiento definitivo con el movimiento ocurre en 1937 tras conocer a Max Ernst. Fue entonces cuando surge una intensa relación con los integrantes del grupo que dio lugar a sus primeras obras surrealistas.

Leonora encontró en México un campo fértil para su producción artística. Las situaciones dolorosas vividas en su juventud, que limitaron su libertad, incluso física, encontraron en su producción artística, la liberación sin límites y en el surrealismo, el lenguaje idóneo. Al llegar al país en 1943, rápidamente se integró al ambiente cultural. Un año después conocería a Edward James en Acapulco y entablarían una relación que dejó un interesante legado artístico para el mundo, para México y para San Luis Potosí. La correspondencia enviada y recibida entre ambos personajes aporta interesantes datos sobre sus intereses comunes y su creación. James hace referencia a la cocina–taller donde surgían las maravillosas obras surrealistas de Leonora. Al calor de su nuevo hogar Leonora dio rienda suelta a su imaginación. Su cocina–taller–laboratorio fue el espacio donde surgieron ideas, inquietudes, amistades y charlas, que culminaron en pinturas, esculturas, proyectos o posturas.

Zacarías Díaz Infante, Ofelia, “ El laboratorio surrealista de Leonora Carrington”,

Sueño en bronce y piedra, Museo Leonora Carrington San Luis Potosí,

Secretaría de Cultura: San Luis Potosí,  2020. pp.91-93

 

 

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Leonora Carrington inicia su carrera escultórica a los 21 años en Saint-Martin-d'Ardèche, Francia, en compañía del gran escultor y pintor Max Ernst. Utilizando yeso como material, concibe a finales de 1938 su primera escultura tridimensional documentada Cabeza de Caballo. En esta etapa de escultura temprana, elabora otras esculturas de yeso en la casa de Leonora y Max, hoy Museo Maison Max Ernst, ubicado al sur de Francia.

En 1942 la joven artista llega a la Ciudad de México huyendo de la Segunda Guerra Mundial y pronto se une al círculo de artistas refugiados y locales. Entonces comienza a producir escultura en madera como materia prima principal. 

Entre 1963 y 1990 Leonora realiza obra escultórica diversa, conformada por piezas únicas en cuanto a su temática, formato, materiales y uso; además de la escultura de personajes y seres mitológicos o fantásticos hasta el arte objeto como máscaras, candelabros o marionetas.

En 2008, a los 92 años, motivada por su hijo Pablo Weisz, Leonora Carrington inicia la etapa de mayor esplendor escultórico en su vida, con la elaboración de más de cuarenta esculturas en bronce y metales preciosos. La mayor parte del trabajo se realizaba en casa. Para ello, trazaba varios croquis de cada escultura, luego efectuaba un modelo en plastilina o cera de la figura y posteriormente el taller de modelado y fundición agrandaba en plastilina el modelado original al tamaño que debería tener la escultura final. 

Leonora supervisaba y corregía cada modelo agrandado antes de proceder a la fundición, así una vez aprobadas por Carrington, el taller fabricaba los moldes y procedía al vaciado en bronce.

Por más de setenta años Leonora Carrington vivió en su casa-estudio de la calle Chihuahua, en la colonia Roma de la Ciudad de México. Esto significa que permaneció por el resto de su vida hasta su muerte a los 94 años en esta ciudad y que fue en nuestro país donde encontró su lugar para crear y desarrollar todo su esplendor como artista plástica y escritora.

Llamazares, Fermín, “El trabajo escultórico de Leonora Carrington”,

Naturaleza y surrealismo, Museo Leonora Carrington Xilitla,

Secretaría de Cultura: San Luis Potosí, 2020. pp. 71-73

 

 

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Aquí Aku

Bronce, 2010, 76 x 44 x 40 cm

Serie de 10 piezas

Técnica: Cera perdida

Llamazares Fermin, Black Book Testigo Escultórico, Secretaría de Cultura: San Luis Potosí, 2017.

 

 

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Dragomaquía

Bronce, 2009, 110 x 37 x 70 cm

Serie de 10 piezas

Técnica: Cera perdida

Llamazares Fermin, Black Book Testigo Escultórico, Secretaría de Cultura: San Luis Potosí, 2017.

 

 

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Libelulix

Bronce, 2010, 30 x 20 x 04 cm

Serie de 10 piezas

Técnica: Cera perdida

 

Llamazares Fermin, Black Book Testigo Escultórico, Secretaría de Cultura: San Luis Potosí, 2017.

 

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