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Artistas en salas temporales

Ciudad

Cielo

Verónica Mar

Verónica Mar (Tampico, Tamaulipas, México - 1993) es una flâneuse, fotógrafa de calle y artista visual mexicana. Su obra surge a partir de una visión psicogeográfica y poética sobre las relaciones que se suscitan entre la ciudad y sus habitantes. 

En agosto de 2021, tras una invitación para probar durante un par de días la más reciente cámara de Nikon, Verónica Mar realizó capturas durante días y noches, las cuales sometió a un proceso de selección y edición, del cual surgió una nueva e inesperada serie, que ella tituló Ciudad cielo.

La capacidad de generar una interconexión entre dos o más personas sin que estas compartan el mismo espacio ni el mismo tiempo es una de las facultades de mayor exaltación en la obra de Ana Acevedo, siendo este recurso un valor fundamental en el arte universal y globalizado de la época.
A través de una introspectiva Ana se da a conocer con el público, abriendo el dialogo en locución que emana a partir de la visión y conceptualización de su obra. Así, con un carácter autorreferencial se transmiten los sentimientos, vivencias y experiencias de la artista. Exponer más allá de lo que el espectador alcanza a ver convierte la obra en un puente donde la comprensión, identificación y el bagaje conectan los lados humanos de dos personas que no necesitan conocerse para estar en solidaridad una con la otra.
En Paráfrasis, Ana Acevedo explica de forma muy personal quien es ella; en su obra es posible encontrar diferentes etapas de la artista, en su alter ego se llegan a percibir disociaciones, encuentros personales, situaciones intimas y comunes. En ocasiones son las particularidades del ser aquellas que se vuelven más complejas de exponer.

Trastocar la realidad, poner imágenes elocuentes, creando ambientes inusitados, mágicos, afectivamente cálidos y generosos, capaces de establecer mundos propios en la vigilia de soñar despierto y jugar con las metáforas de forma creativa al descubrir lo que ella denominaba “El insólito cotidiano”.


Crear era una aventura, una fiesta, un pensar…
“perverso”, desviado de lo convencional
“poético”, produce y no necesariamente descubre sino desvela
“paradójico”, expresa el sentido que expresa los sentidos que jala hacia uno y otro lado.

Kati Horna (1912-2000)

TLAHUILLI

Tlahuilli es la zozobra de la luz figurada, que reclama su urgencia por sentir la noche abierta al día; exige su lenguaje en cuerpos nuevos o renacidos. Son oráculos, luz de espejo, donde canta la respuesta a lo surreal.
Aquí se centra el ojo capturado: en la mirada figurativa, en su soledad anticipada, en el grito perfecto del silencio, en masas deseantes de vida.
Tlahuilli es imagen en movimiento, sostenida sobre la frente de quien mira detenido.
Fotografías que, a su vez son texturas de pinturas, trazos de sueños vivos en la historia de los cuerpos. Está en ellas la vida en odisea cruzando cielos de ensueños en el planisferio del color.
Aquí vemos cómo se inventan miradas ancestrales a la luz de un mapa abierto, donde sentimos los murmullos extasiados del anhelo.


Margarita Díaz de León Ibarra

Gestora cultural Margaret Serment del Peral

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